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Sargeras y la traición es parte del Capítulo I de la Historia de Warcraft aparecida en la página web de World of Warcraft. Se trata a su vez de una revisión de la historia recogida en el manual de Warcraft III: Reign of Chaos adaptando nombres y lugares a como se llaman en la actualidad.

En WoW Icon 16x16 aparece otra versión retocada en forma de libro que los jugadores pueden leer.


Con el paso del tiempo, entidades demoníacas se abrieron paso hasta el mundo de los titanes desde el Vacío Abisal, y el Panteón escogió a su mejor guerrero, Sargeras, para actuar como su primera línea de defensa. Sargeras, un noble gigante de bronce fundido, realizó esta tarea durante incontables milenios, buscando y destruyendo a estos demonios allá donde los encontraba. Con el paso de los eones, Sargeras se encontró con dos poderosas razas demoníacas, ambas dedicadas a ganar poder y control sobre el universo físico.

Los Eredar, una raza insidiosa de hechiceros diabólicos, utilizaban sus poderes de brujo para invadir y esclavizar mundos. Las razas indígenas de esos mundos eran mutadas por los malévolos poderes de los Eredar y convertidas en demonios. Aunque los poderes casi ilimitados de Sargeras eran más que suficientes para derrotar a los viles Eredar, le preocupaba mucho la corrupción y el mal que consumía a estas criaturas. Incapaz de comprender tal depravación, el gran Titán comenzó a sumirse en una profunda depresión. A pesar de su creciente malestar, Sargeras liberó al universo de los brujos atrapándolos en una esquina del Vacío Abisal.

Mientras su confusión y miseria se hacían más profundas, Sargeras se vio obligado a enfrentarse a otro grupo que quería alterar el orden de los Titanes: los Nathrezim. Esta raza oscura de demonios vampíricos (también conocidos como Señores del Terror) conquistó varios mundos poblados poseyendo a sus habitantes y haciéndolos caer en la sombra. Los corruptos y manipuladores Señores del Terror enfrentaron a naciones entre ellas manipulándolas para que cayeran en el odio y la desconfianza. Sargeras derrotó a los Nathrezim fácilmente, pero su corrupción le afectó mucho.

A medida que la duda y la desesperación abrumaban los sentidos de Sargeras, fue perdiendo la fe no sólo en su misión, sino también en la visión de los Titanes de un universo ordenado. Al final, llegó a pensar que el propio concepto de orden era absurdo, y que el caos y la depravación eran los únicos absolutos dentro del universo oscuro y solitario. Sus compañeros Titanes intentaron sacarlo de su error y calmar sus fogosas emociones, pero rechazó sus creencias más optimistas como falsas ilusiones. Abandonando sus filas para siempre, Sargeras se marchó en busca de su propio lugar en el universo. Aunque el Panteón estaba triste por su partida, nunca pudieron haber predicho cuán lejos llegaría su hermano.

Para cuando su locura había consumido los últimos vestigios de su valeroso espíritu, creía que los propios Titanes eran los responsables del error de la creación. Decidido, al fin, a deshacer su obra a lo largo del universo, decidió crear un ejército imparable que haría arder el universo físico.

Incluso su forma titánica se distorsionó por la corrupción que inundaba su antiguo noble corazón. Sus ojos, pelo y barba estallaron en llamas, y su piel metálica de bronce se partió para mostrar un horno infinito de ardiente odio.

En su furia, Sargeras destrozó las prisiones de los Eredar y los Nathrezim y dejó libres a los terribles demonios. Estas astutas criaturas se postraron ante la enorme rabia del Titán oscuro y se ofrecieron a servirle de la maliciosa manera que pudieran. De las filas de los poderosos Eredar, Sargeras escogió a dos campeones para dirigir su demoníaco ejército de destrucción. Kil'jaeden el Impostor fue escogido para buscar a las razas más oscuras del universo y reclutarlas para las filas de Sargeras. El segundo campeón, Archimonde el Rapiñador, fue escogido para liderar en la batalla a los enormes ejércitos de Sargeras contra aquellos que osases resistirse a la voluntad del Titán.

El primer movimiento de Kil'jaeden fue esclavizar a los vampíricos Señores del Terror bajo su terrible poder. Los Señores del Terror le servían de agentes personales a lo largo del universo, y se complacían localizando razas primitivas para que su amo las corrompiera y las arrastrase a su causa. El primero de los Señores del Terror fue Tichondrius el Ensombrecedor. Tichondrius era el soldado perfecto de Kil'jaeden y estaba de acuerdo en llevar la ardiente voluntad de Sargeras a todos los oscuros rincones del universo.

El poderoso Archimonde también fortaleció a sus propios agentes. Recurriendo a los maléficos Señores del Foso y a su salvaje líder, Mannoroth el Destructor, Archimonde esperaba crear una élite de guerreros que exterminaría a toda la vida de la creación.

Una vez que Sargeras vio que sus ejércitos estaban reunidos y listos para seguir todas sus órdenes, lanzó a sus rabiosas fuerzas a la inmensidad de la Gran Oscuridad. Llamó a su creciente ejército: la Legión Ardiente. Aún hoy, no está claro cuántos mundos consumieron y quemaron en su impía Cruzada Ardiente por el universo.

World of Warcraft

En WoW Icon 16x16 puede leerse por medio de un libro cuyo texto presenta algunas variaciones con respecto al publicado en la página oficial de World of Warcraft. Dicho libro puede encontrarse en la segunda planta de una de las casas de Astranaar, en la posada de Sentencia, en la posada de Trinquete y en Scholomance. Cuenta para el logro Inv misc book 04 [Erudito].


Sargeras y la Traición

Con el tiempo, seres demoníacos lograron entrar en los mundos de los titanes desde El Vacío Abisal y el Panteón eligió a Sargeras, su guerrero más destacado, para combatir en primera línea. Noble gigante de bronce fundido, Sargeras desempeñó su papel durante incontables milenios, buscando y destruyendo a los demonios allí por donde iba. Durante millones de años, Sargeras se enfrentó a dos poderosas razas demoníacas, las cuales se habían propuesto obtener el poder y el dominio sobre el universo físico.

Los Eredar, una raza insidiosa de malignos hechiceros, utilizó la brujería para invadir y dominar diversos mundos. Las razas autóctonas de estos planetas experimentaron mutaciones causadas por los malignos poderes de los Eredar y se convirtieron en demonios.

Si bien los poderes casi ilimitados de Sargeras fueron más que suficientes para derrotar a los malvados Eredar, tuvo grandes problemas generados por la corrupción de las criaturas y al mal que todo lo consume. Incapaz de comprender tanta depravación, el gran titán cayó en una amarga depresión. A pesar de su creciente malestar, Sargeras liberó al universo de la presencia de los brujos, recluyéndolos en un rincón de El Vacío Abisal.

Mientras su confusión y tristeza crecían, Sargeras se vio obligado a luchar contra otro intento del grupo de perturbar el orden de los titanes: los Nathrezim. Esta raza oscura de demonios vampíricos (también conocidos como señores del terror), conquistó varios planetas densamente poblados, poseyendo a sus habitantes y convirtiéndolos en sombras.

Los nefastos e intrigantes señores del terror enfrentaron a todas las naciones entre sí, manipulándolas hasta el odio irreflexivo y la desconfianza. Sargeras derrotó a los Nathrezim fácilmente, pero su corrupción lo afectó profundamente.

Puesto que la duda y la desesperación ensombrecieron los sentidos de Sargeras, perdió toda la fe no solo en su misión, sino también en la visión que los titanes tenían de un universo ordenado. Finalmente, llegó a creer que el concepto de orden era una locura, y que el caos y la depravación eran los valores absolutos del oscuro y solitario universo.

Sus compañeros titanes intentaron persuadirlo de su error y apaciguar su trastorno, pero él no creyó en las afirmaciones optimistas de los titanes, considerándolas engaños y artimañas interesadas. Abandonando a sus compañeros para siempre, Sargeras partió en busca de su propio lugar en el universo. Si bien el Panteón lamentaba su partida, los titanes no podían imaginar hasta dónde llegaría su hermano extraviado.

Cuando la locura de Sargeras había consumido los últimos vestigios de su valiente espíritu, llegó a creer que los propios titanes eran los responsables del error de la creación. Finalmente, decidió cambiar las cosas en todo el universo, creando un ejército imparable capaz de destruir todo el universo físico.

Incluso la forma titánica de Sargeras experimentó una deformación ocasionada por la corrupción que había poseído su otrora noble corazón. Sus ojos, sus cabellos y su barba desprendían fuego, y su piel color bronce se cuarteó, revelando un manantial de furia abrasadora.

En su ira, Sargeras echó abajo las prisiones de los Eredar y los Nathrezim, liberando a los repugnantes demonios. Estas malvadas criaturas se inclinaban ante la inconmensurable furia del titán oscuro y ofrecieron servirle de todas las formas posibles. Entre las filas de los poderosos Eredar, Sargeras eligió a dos campeones para dirigir a su demoníaco ejército de destrucción.

Kil'jaeden el Impostor fue elegido para reclutar a las razas más oscuras del universo y alistarlas en las filas de Sargeras. El segundo Campeón, Archimonde el Rapiñador, fue elegido para dirigir los vastos ejércitos de Sargeras en la lucha contra todo el que se resistiera a la voluntad del titán.

La primera medida de Kil'jaeden fue esclavizar a los vampíricos señores del terror bajo su terrible poder. Los señores del terror actuaban como agentes personales del titán por todo el universo, eligiendo para su maestro razas primitivas susceptibles de ser corrompidas y doblegadas. El primer señor del terror era Tichondrius el Ensombrecedor. Tichondrius era el Soldado perfecto de Kil'jaeden y accedió a propagar el mal abrasador de Sargeras por todos los rincones oscuros del universo.

Archimonde también otorgó poderes a sus propios agentes. Congregando a los malvados señores del infierno y a su bárbaro líder Mannoroth el Destructor, Archimonde preparó una élite de guerra capaz de exterminar todo rastro de vida de la creación.

Cuando Sargeras vio que tenía un ejército poderoso y listo para seguir todas sus órdenes, lo hizo rastrear todos los rincones de la Gran Oscuridad. Llamó a su ejército la Legión Ardiente. Hasta el momento, no se sabe cuántos planetas han sido exterminados por este ejército en su nefasta Cruzada Ardiente por todo el universo.

Nuevo lore

La idea de que los eredar fueron una raza mortal antes de ser corrompidos fue el argumento que se tomó como oficial antes del lanzamiento de TBC [1]. Chris Metzen sostiene que la historia de los eredar, mejor o peor, los presenta como antagonistas más que en un papel secundario de la historia. Más tarde tuvo que desdecirse [2] de lo aparecido en Warcraft III tras la presencia de los draenei en World of Warcraft.

En el nuevo lore, las primeras batallas que libró Sargeras fueron contra demonios que no tenían nada que ver con los Eredar. Probablemente fuera otra raza demoníaca del Vacío Abisal, antes incluso que su encuentro con los nathrezim.

Curiosamente, este hecho no fue recogido en los libros de historia que copiaban el contenido previo a Warcraft III.

Enlaces Externos


  1. Shadow & Light 122
  2. Metzen y el lore
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