Maiev Cantosombrío | |
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Género | Femenino |
Raza | Elfa de la noche (Humanoide) |
Nivel | 72 Elite (?? Jefe en el Templo Oscuro) |
Clase | Sacerdotisa (anteriormente); Guardiana (WC3) |
Afiliación(es) | |
Antiguas afiliaciones | |
Ocupación | Líder de las Vigilantes, Carcelera de Illidan |
Localización | Jaula de la Guardiana o Templo Oscuro (Valle Sombraluna) |
Estado | Viva |
Allegado(s) | Jarod Cantosombrío (hermano) |
Maiev Shadowsong (WC3) o Maiev Cantosombrío (WoW) jugó un importante papel en la batalla contra la Legión Ardiente durante la Guerra de los Ancestros. Después del conflicto, Maiev pidió ser la carcelera de Illidan y llegó a tomar el mando de los Vigilantes, la organización de carceleros de los elfos de la noche. Tras la huída de Illidan a Terrallende, Maiev fue encerrada en una prisión en el Valle Sombraluna donde Akama y su Juramorte Lengua de ceniza servían de carceleros.
Maiev se alió con la organización de tábidos y se infiltró en el Templo Oscuro durante el ataque de los Sha'tar, donde se unió a Akama y los aventureros de Azeroth en la lucha final contra Illidan. Alimentada por su deseo de venganza, Maiev le asestó el golpe de gracia a Illidan poniendo fin a la vida del traidor... aunque en lugar de celebrar su victoria se convirtió en un ser vacío que admitía que sin Illidan ahora su existencia no significaba nada.
Historia[ | ]
La Guerra de los Ancestros[ | ]
Maiev pertenecía a la orden de las Hermanas de Elune cuando se desató la Guerra de los Ancestros y su hermano Jarod era el capitán de la guardia de Suramar. Pertenecían a una familia noble aunque ambos hermanos habían aprendido a llegar a donde estaban a base de trabajo duro [1]. Maiev estaba destinada en el templo de Hajiri al noroeste de Kalimdor antes de que comenzara la Guerra de los Ancestros. Como el resto de sus hermanas, Maiev se levantó en armas contra la Legión Ardiente al comienzo de la invasión, uniéndose a la resistencia bajo el mando de Kur'talos Cresta Cuervo. Poco pudo hacer Maiev excepto observar la destrucción de su patria y ser testigo del asesinato de su familia y amigos a manos de los demonios, acto que la horrorizó sobremanera. [2] Cuando Tyrande fue declarada como Suma Sacerdotisa, Maiev se mostró en desacuerdo. Tras la muerte de Marinda, Maiev fue elegida Suma Sacerdotisa por defecto lo que la reunió con su hermano Jarod, al que no veía desde hacía tiempo. Maiev se opuso también al liderazgo de Desdel Stareye a la resistencia Kaldorei, pero no actuó por miedo a dividir a las tropas. Trató de apremiar a Jarod para que hiciera algo pero este no la escuchó. Tras la muerte de Desdel, Jarod lo sustituyó como comandante y Maiev no tardó en decirle "Te lo dije". Tras esto continuó sirviendo con devoción y finalmente renunció a regañadientes de su cargo en favor de Tyrande.
Tras sobrevivir milagrosamente al Gran Cataclismo, Maiev llegó a la conclusión que la magia arcana era un poder malévolo que había traído la condenación al mundo. [3] Su furia se desató al descubrir que Illidan había atacado a su hermano que lo había descubierto creando un segundo Pozo de la Eternidad en la cima del Monte Hyjal. Indignados, los elfos de la noche no tardaron en apresar al traidor. Durante su captura, Illidan trató de resistirse desatando sus poderes arcanos que casi acaban con la vida de Dath'Remar Sunstrider y Jarod. Solo los esfuerzos de Tyrande, Shandris Plumaluna, y la esposa de Dath'Remar, hicieron posible la captura de Illidan. Maiev se dispuso entonces a matar a Illidan con su arma pero fue detenida por Tyrande recordándole que Jarod aún seguía vivo. Jarod le dio a Malfurion el derecho a decidir el destino de Illidan sabiendo que que los malévolos planes de su hermano eran lo suficientemente graves como para poner fin de una vez por todas a sus actividades. Con la ayuda de Cenarius, Malfurion encerró a Illidan en una gran prisión subterránea en los túmulos de Hyjal donde permanecería encadenado y sin poderes hasta el final de los tiempos.
Creación de las Vigilantes[ | ]
Aunque Maiev respetaba profundamente a Malfurion, su mirecordiosa decisión sobre el destino de su hermano no la satisfizo. Es por eso que Maiev se ofreció para vigilar a Illidan, cuyo ataque sobre sus hermanos había sido la gota que había colmado con su paciencia. La mayoría de los elfos de la noche empezaron a ver en ese momento a Illidan como alguien igual de insensato que de poderoso. No habían olvidado que Illidan había elegido servir a Sargeras, y nunca creyeron su juramento acerca de que sus intenciones eran obtener el poder suficiente como para poder derrotar a la Legión. Malfurion estuvo de acuerdo en que los elfos de la noche no podían dejar sin vigilancia a Illidan durante mucho tiempo así que le pidió a Maiev que reuniera voluntarias en la orden de las Hermanas de Elune. Así, junto a otras sacerdotisas, Maiev podría vigilar a Illidan y evitar que se escapara.
La elfa obedeció y fundó una nueva organización que se conoció como las Vigilantes de la que Maiev ostentaba como líder el rango de Guardiana. Más tarde se dedicó a seleccionar a aquellas que habían demostrado sus excepcionales habilidades en la lucha, habilidad de rastreo y tenacidad.
Cuando Jarod desapareció una noche, Maiev se apenó de no haber podido hablar con él tras su precipitada marcha. En su ausencia, las Vigilantes se convirtieron en la única compañía de Maiev. A medida que los años se convertían en siglos y estos en milenios, las Vigilantes se transformaron en su única familia [4].
La huida de Illidan[ | ]
Desde que Illidan fue encerrado, la misión principal de las Vigilantes fue la de ejercer el papel de sus carceleras. Sin embargo, sus tareas se expandieron y con el tiempo comenzaron a incluir la captura y encarcelación, siempre que fuera necesario, de cualquier criminal peligroso. Estos nuevos cometidos las llevaban más allá de su hogar donde debían permanecer hasta que encontraran y capturaran al delincuente que andaran persiguiendo.
Poco tiempo antes de que estallara la Tercera Guerra, Maiev partió de los túmulos para llevar a cabo una misión. Cuando regresó, Illidan había escapado y un gran número de Vigilantes habían sido asesinadas. Tras una investigación, descubrió que Tyrande y sus Centinelas habían atacado a sus tropas y liberado a Illidan. Pero las cosas fueron aún peor cuando Illidan se convirtió en un demonio tal y como temía Maiev que, llena de furia, comenzó a reunir a las Vigilantes que quedaban para tratar de capturarlo [5].
Junto a Naisha, su lugarteniente, inició la búsqueda por Kalimdor donde lucharon contra sátiros y otras criaturas corruptas hasta seguir de cerca su rastro en Azshara donde encontraron muchos pueblos pesqueros destruidos y sus habitantes mutilados. Junto al rastro de Illidan se encontraban otros que Maiev identifico como los naga que se habían aliado con el cazador de demonios y con los que su carcelera sospechaba que tramaba cruzar el Mare Magnum. Las Vigilantes llegaron al puerto de Nendis donde descubrieron a Illidan huyendo tras robar un transporte y le siguieron a través del mar aunque para su sorpresa el viaje no duró mucho.
El destino de Illidan fueron las Islas Abruptas donde se emplazaban los restos de Suramar y la biblioteca de Izal-Shurah. Naisha se dio cuenta de que las ruinas habían emergido por algún extraño poder del fondo del mar por algún siniestro poder, del que no tardaron mucho en descubrir de donde había salido. En la isla Maiev encontró a Drak'Thul, un antiguo brujo orco del Clan Cazatormentas que había sido discípulo de Gul'dan, responsable de hacer aparecer las islas en los últimos días de la Segunda Guerra. El motivo de este acto se encontraba en la Tumba de Sargera donde Illidan había entrado con la esperanza de encontrar un poderoso artefacto: el Ojo de Sargeras.
Maiev y Naisha sospechaban que el Ojo debía ser un artefacto muy poderoso para que tanto Gul'dan como Illidan se interesaran por él de manera que se adentraron en la Tumba para tratar de detener al hermano de Malfurion. Allí se encontraron con la líder de los naga, Lady Vashj, que les confesó que tanto ella como su pueblo una vez fueron elfos de la noche pero que se habían transformado debido a la explosión del Pozo de la Eternidad. Maiev, sintió repulsión más que empatía por la raza de seres acuáticos y entró en la cámara central donde Illian ya había encontrado el Ojo. Illidan no había olvidado sus diez mil años de reclusión y se alegró de ver que Maiev, su carcelera, estaba allí justo cuando planeaba destruir el templo y dejarla atrapada para siempre bajo sus escombros. Con el poder del Ojo, la Tumba de Sargeras comenzó a hundirse y sus pasillos a inundarse creando una trampa mortal que atrapó a las Vigilantes. Maiev consiguió escapar con un hechizo de teletransportación pero sus compañeras no tuvieron tanta suerte y murieron aplastadas.
Una vez en el exterior, Maiev envió a una emisaria para pedir ayuda a Malfurion mientras trataba de contener con la Vigilantes que aún quedaban, un ataque que los naga habían iniciado bajo el mando de Serena Scarscale.
Cooperación forzosa[ | ]
Tras numerosas bajas, Maiev recibió finalmente refuerzos por parte de Malfurion y Tyrande con la que aún tenía sus roces. Al verse, las dos elfas comenzaron a discutir y Malfurion tuvo que mediar para que se centraran en el enemigo que los atacaba, Lady Serpentra. Tras derrotarla, Illidan huyó una vez más y los héroes se dispusieron a seguirle. Juntos llegaron a las costas del Bosque de Argénteos en Lordaeron. Allí Malfurion se ausentó para entrar en comunión con el bosque que sentía una gran pena dejando solas a Maiev y Tyrande. Las dos conocieron al Principe Kael'thas del reino elfo de Quel'Thalas destruido por La Plaga. Tyrande quiso ayudarle a llegar a lugar seguro a pesar de que Maiev no quería abandonar la búsqueda. Kael les ofreció su ayuda si les escoltaban hasta Pyrewood Village por lo que finalmente la Guardiana aceptó.
Durante el camino, fueron emboscados por los no-muertos y mientras la caravana avanzaba, Tyrande se encargaba de mantener al enemigo a raya. La persecución duró hasta que alcanzaron un río y Tyrande se quedó en el puente para cortar el paso a los no-muertos. Con la ayuda de Elune invocó una lluvia de estrellas pero el puente no resistió y Tyrande cayó a las aguas, siendo arrastrada por la corriente. Kael trató de ayudarla pero Maiev lo detuvo. La guardiana sabía que el tiempo apremiaba y que Illidan debía ser detenedio de inmediato por lo que cualquier sacrificio era necesario con tal de conseguir su objetivo. Por eso, tras terminar de escoltar la caravana, Maiev le exigió a Kael'thas que le ayudara a buscar a Illidan en las ruinas de Dalaran.
Allí se encontraron con Malfurion quien había tenido una visión de las intenciones de su hermano, sospechando que las consecuencias afectaran al devenir del mundo. Maiev le comunicó a Malfurion que Tyrande había caído y que debían vengarla capturando a Illidan. Además añadió que la razón de que Tyrande hubiese venido a Lordaeron no era otra que perseguir al hermano de Malfurion por lo que la ira y la culpa por lo sucedido debían recaer enteramente en Illidan, tal y como Maiev esparaba.
Con la ayuda de Kael'thas y Magroth the Defender, un paladín de la Mano de Plata, Maiev y Malfurion lucharon contra los nagas en las ruinas de Dalaran y destruyeron a las invocadoras que estaban lanzando sus hechizos mientras Illidan conjuraba un gran hechizo con el Ojo de Sargeras. Tras frustrar sus planes, Illidan les confesó que trataba de dañar al Rey Exánime que se encontraba en Rasganorte y que era quien controlaba a los no-muertos que estaban asolando Lordaeron. Malfurion le recriminó a su hermano que no pensara en las consecuencias que sus actos podían tener, no solo en el orden natural del mundo sino con sus seres queridos, poniendo de ejemplo lo sucedido con Tyrande, a quien Illidan siempre había amado.
Entonces Kael'thas confesó que era probable que no hubiera muerto realmente ya que solo la habían visto caer al río. Malfurion se mostró muy enfadado con Maiev por no haberle explicado todos los detalles y, muy a pesar de los deseos de la guardiana, aceptó la ayuda de Illidan para encontrar a su amada. Juntos la localizaron en un islote asediada por los muertos vivientes de La Plaga y llegaron justo a tiempo para salvarla. Finalmente, a pesar de haber sido el responsable de incontables muertes, de haber extendido la corrupción y el caos entre las bestias del bosque y casi causado un daño irreparable en Azeroth de haber conseguido completar su hechizo contra el Rey Exánime, Malfurion decidió perdonar a su hermano por haber salvado a Tyrande, sintiendo que con este acto, su hermano había limpiado toda la sangre que había vertido.
Maiev se mostró en profundo desacuerdo y sintió que las Vigilantes habían sido traicionadas por la misma institución a la que debían servir. Maiev juró por Elune que si el gobierno de los elfos de la noche no era capaz de vengar las muertes de sus compañeras, entonces ella misma lo haría y, cuando Illidan abrió un portal para escapar, tanto ella como sus soldados lo siguieron hacia lo desconocido dejando a Malfurion y Tyrande de lado.
En tierra extraña[ | ]
Cuando Maiev llegó al otro lado del portal, se encontró en el mundo destruido de los orcos, Draenor. No trató en descubrir que Illidan se encontraba solo sin sus sirvientes naga que se habían quedado en Azeroth. Superado en número, los poderes de Illidan poco pudieron hacer contra el frío acero de las Vigilantes que lo capturaron facilmente. Para evitar sorpresas, Maiev lo encerró en una jaula y le proporcionó un sedante mágico que lo dejó aturdido. She caught him and imprisoned him under a magical sedative.
Cuando los naga llegaron a Terrallende acompañados de sus nuevos aliados, los elfos de sangre, descubrieron el destino de su líder. Irónicamente, los mismos elfos de sangre a los que Maiev había ayudado en Lordaeron a escapar de la La Plaga fueron los mismos que ahora lucharon contra sus Vigilantes para liberar al traidor de Illidan. Su mayor número fue un factor al que Maiev no pudo sorbeponerse y fue derrotada mientras Illidan era puesto en libertad nuevamente.
El destino de Maiev parecía reirse de ella. Tras su captura fue encerrada en la Jaula de la Guardiana en el Valle Sombraluna cambiándose los papeles de prisionero-carcelero con Illidan. El encargado de vigilarla fue Akama que mientras cumplía su tarea, iba arrepintiéndose de haberse aliado con Illidan al ver que éste conquistaba Terrallende con mano de hierro.
Por este motivo, Maiev y Akama decidieron unir sus fuerzas para derrocar a Illidan y penetrar en el Templo Oscuro ayudados por los aventureros de Azeroth. Tras llegar a la cima del Templo, Akama comenzó a luchar contra su señor mientras Maiev ayudaba dejando trampas e incapacitando a Illidan. Finalmente, cuando Illidan estaba cerca de la muerte, este le dijo a Maiev que sin su presa, las Vigilantes no eran nada. Maiev tomo cumplida su venganza asestándole el golpe de gracia y consumó su venganza. Cuando la ira la abandonó, llegó el vacío.
La locura de la guardiana[ | ]
Tras buscar algo que llenara su existencia tras la muerte de Illidan, Maiev dejó Terrallende y viajó a Darnassus para reunirse con los elfos de la noche. A pesar de lo sucedido con Tyrande en Lordaeron, se le permitió volver a Teldrassil para entrenar a las nuevas generaciones de Vigilantes, las cuales eran fanáticamente leales a Maiev y su causa. Cuando Malfurion y Tyrande permitieron que los Altonatos y los huargen vivieran con ellos en Darnassus, Maiev se indignó al contemplar como los causantes de la Guerra de los Ancestros y el resto de las razas de la Alianza se inmiscuían en los asuntos de los elfos de la noche.
Su hermano, Jarod, también había regresado tras diez mil años de autoexilio. Verle desear una vida sencilla, sabiendo que podría haber sido el líder de los kaldorei, significó una deshonra para Maiev. El primer encuentro entre los hermanos comenzó de manera amarga, aunque Maiev disculpó la conducta de su hermano cuando este la compadeció por las difíciles decisiones que había tenido que tomar Maiev para cumplir con sus obligaciones. Aún se sentía orgullosa de Jarod pero también sabía que podía manipularlo como a un títere para sus propios fines.
Cuando el mago altonato Thera'brin fue asesinado y su cadaver abandonado en el campo de entrenamiento de las Vigilantes, todas las miradas se centraron en la orden. Maiev, con el beneplácito de Malfurion y Tyrande, se ofreció a investigar el suceso y llevar al culpable ante la justicia. Lo que nadie sabía era que Maiev había sido la responsable de las muertes de los altonatos a quienes pretendía eliminar empezando por sus líderes. Su paso siguiente era aún más siniestro: eliminar a Malfurion por considerar que era culpable de la misma arrogancia que hermano Illidan al haber privado de la inmortalidad a su pueblo. Sus años de dedicación mezclados con la tortura que tuvo que soportar mientras era prisionera de Illidan, había hecho que su comportamiento derivara en locura y precisamente su gran habilidad de supervivencia había hecho que pudiera ocultarlo a ojos de los demás.
Durante su lucha contra Malfurion, Maiev le reveló que soñaba con una sociedad elfa independiente que llevara sus propios asuntos sin depender de nadie más, sin la ayuda de la Alianza. Sus grandes dotes casi acaban con Malfurion, que hubiera caído de no ser por la intervención de Jarod que lo liberó y le dio tiempo a rescatar a los altonatos que Maiev había capturado en una trampa mortal. La intervención de Jarod, aunque providencial, no fue completa ya que, al verse incapaz de matar a su propia hermana, la dejó escapar. Los altonatos estaban a salvo y la mayoría de las nuevas Vigilantes muertas, con su líder en paradero desconocido tras haberse desvanecido en la oscuridad de la noche[6].
Frases[ | ]
- «Se hará justicia.»
- «Illidan está ahí fuera en alguna parte.»
- «Aquí estamos perdiendo el tiempo.»
- «He pasado más de diez mil años vigilando las prisiones de los túmulos y sin embargo soy yo la que se siente prisionera.»
- «Me siento vacía por dentro. La venganza es todo lo que me queda.»
- «Tyrande pagará por haber liberado a Illidan.»
- «Volveré a capturar a Illidan, o moriré en el intento.»
- «Hemos de darnos prisa.»
Legion[ | ]
- ¿Qué ocurre?
- No juegues con mi paciencia.
- Odiaría ser tu celadora.
- No molestes con tonterías.
- Mi guja está muy, muy afilada.
- ¿Es que quieres morir?
- La Legión Ardiente caerá.
- ¿Qué has descubierto?
- Las celadoras observan.
- Hasta la próxima.
- Vuelve a tus deberes.
- Mantente alerta.
- Mi vigilia continua.
Trivialidades[ | ]
- La voz de Maiev en Warcraft III es de Carolina Tak.
- Maiev es mencionada brevemente tras la derrota del fantasma de Telarius Zancavacío. Telarius fue un poderoso cazador de demonios, pero fue derrotado durante un enfrentemiento con Maiev años atrás.
- Antes de la devastación, había un templo en Azshara conocido como Santuario Cantosombrío.
- La apariencia y personalidad de Maiev están inspiradas en el cómic "Judge Dredd".
- Cuando se lanzó The Burning Crusade, el modelo de Maiev era el de una elfa de sangre pero tras el Parche 2.1.0 se le dotó de su propio modelo único con sus correspondientes animaciones.
- Irónicamente, en Warcraft III, el nombre Shadowsong era uno de los nombres aleatorios para los cazadores de demonios.
- Maiev nunca se ha quitado la máscara en World of Warcraft.
- Con el lanzamiento de Cataclysm, Maiev aparece junto a Akama en la pantalla de carga de Terrallende.
- Aunque no es seguro, podría tener algún tipo de parentesco con los instructores Nessa Cantosombrío y Fiskal Cantosombrío.
Vídeos[ | ]
Historia de Maiev Cantosombrío |
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Galería[ | ]
Modelo antiguo de Maiev en World of Warcraft antes del Parche 2.1.0
últimos cambios[ | ]
- Parche 7.0.3 (20 Jul 2016): Nuevo modelo y voz.
- Parche 2.0.3 (09 Ene 2007): Añadida.
Referencias[ | ]
- ↑ Enciclopedia de Warcraft
- ↑ Shadows & Light, 167
- ↑ Shadows & Light, 167
- ↑ Enciclopedia de Warcraft
- ↑ Enciclopedia de Warcraft
- ↑ Corazón de Lobo
Enlaces externos[ | ]
Jaula de la Guardiana | Templo Oscuro |
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Precedido por: Ninguno |
Posición: Líder de los Vigilantes |
Sucedido por: Jarod Cantosombrío |
Precedido por: Marinda (interina) |
Posición: Suma Sacerdotisa de Elune (interina) |
Sucedido por: Tyrande Susurravientos |