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AllianceIglesia de la Luz Sagrada
Benedictus Hat
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La Iglesia de la Luz Sagrada, conocida también como la Iglesia de la Luz,[1] es una organización afiliada a la Alianza dedicada a forjar un mundo de honor y justicia cuyos miembros se esfuerzan por ayudar a los demás y resaltar en toda acción. Los integrantes que siguen a este iglesia se encuentran distribuidos en todo Azeroth y pertenecen a varias razas.

Misión

Archivo:Alonsus Faol Tomb Symbol.jpeg

Símbolo de la iglesia en la Tumba de Faol.

Archivo:Random Gravestone.jpeg

Tumba en el cementerio del Cerro del Cuervo con el símbolo sobre él.

A Weathered Grave

Tumba de Morgan Ladimor.

Archivo:Scarlet Monastery Symbol.jpeg

Grabado en uno de los muros del Monasterio Escarlata.

Archivo:Scarlet Monastery Symbol2.jpeg

Símbolo presente en numerosos estandartes del Monasterio.

Archivo:Scarlet Abbot Symbol.jpeg

Mitra del Sumo abad Landgren.

Archivo:Random Gravestone2.jpeg

Símbolo en el Cementerio de la Ciudad de Ventormenta.

Archivo:Random Gravestone3.jpeg

Tumba ubicada en el cementerio de la Ciudad de Ventormenta.

Turalyon

Estatua de Turalyon con un grabado del símbolo de la iglesia en el libro.

Archivo:Random Gravestone4.JPG

Marcador en la Tumba de Aderic.

Archivo:Random Gravestone5.JPG

Tumba en las Tierras Altas Crepusculares.

Hand of Righteousness TCG

El símbolo en un arma.

No se sabe a ciencia cierta cuando se fundó la iglesia, pero su clero es reconocido por difundir el bien. La vocación de un sacerdote es una de crecimiento espiritual y contemplación. Los sacerdotes de la Luz sanan y restauran en tiempo de paz, protegen en tiempos de guerra. Los paladines forman la rama marcial de la iglesia y tratan de ser un ejemplo de las enseñanzas de la Luz, así como hacer cumplir sus leyes. Estos cruzados son llamados para proteger a los débiles, impartir justicia a los injustos y para vencer el mal desde los rincones más oscuros del mundo. Los Clérigos de Villanorte una vez juraron que su misión era lograr la "paz eterna."[2]

La ideología general de la Luz es luchar para ser buenos en todas las acciones. Sus enseñanzas fueron retratadas en el Escrito sobre divinidad.

Escrito sobre divinidad

Un paladín debe reflejar en todas las cosas la Luz que complementa su fuerza. El esfuerzo por alcanzar la divinidad, para uno de nosotros, no significa aspirar al bien, pues aspiramos al bien en todas nuestras acciones.

Aunque en estos duros tiempos somos convocados para atacar al mal, debes recordar que será la ayuda que prestes a los demás lo que te distinguirá de los ciudadanos de Azeroth. La compasión, la paciencia y el valor tienen tanta importancia en un paladín como su fuerza en la batalla.

Aprende esto ahora y nunca lo olvides.

Las Tres Virtudes

La filosofía de la Luz Sagrada se reduce a tres enseñanzas: El respeto, la tenacidad y la compasión; conocidas como las Tres Virtudes, las cuales están definidas cada una en un principio y una lección. Actuar sobre estos principios ayuda a hacer del mundo un lugar que todos pueden apreciar. Un mundo de honor y justicia.[3]

Respeto

El respeto es la primera virtud enseñada a aquellos que se unen al camino de la Luz. Al mirar al enemigo, uno debe mirar más allá del odio que los separa. Hay cualidades a respetar en el oponente. Su destreza debe ser reconocida. El conducirse a uno mismo con honor y tratando al oponente como uno desea ser tratado muestra respeto. Respetar al oponente en el campo es reconocer una conexión, la cual lleva a uno más cerca a la Luz.[3]

Tenacidad

La tenacidad es la segunda virtud. Varios experimentan una traición a la confianza; sin embargo, perseveran, como todos deberían. Ante la desesperación y el odio, uno debe continuar firme a sus creencias y continuar luchando.[3]

Compasión

La compasión es el último paso en el camino de la Luz. En tiempos de rivalidades es fácil observar diferencias dondequiera que uno vaya. El reto está en mirar a través de las apariencias y entender las similitudes. A través de este entendimiento, uno podrá sentir compasión por las pérdidas que otros han sufrido, incluso si la víctima porta otro estandarte. Al sentir y entender la compasión sobre un enemigo o un aliado por igual, uno reafirma su conexión con el mundo.[3]

Historia

Origen

Hace tiempo, en el continente que más tarde se conocería como los Reinos del Este, un pequeño grupo de criaturas luchaban para sobrevivir, utilizando sus limitados recursos que les habían proporcionado sus padres cuando los abandonaron en una zona costera desconocida. Estas criaturas se llamaron a sí mismos 'humanos' y se reunían alrededor del fuego para contar historias de antiguos héroes y líderes - historias de una civilización que los había expulsado. Una de esas historias hablaba de un gran líder que sacrificó su mano derecha por el orden y la justicia durante la lucha contra un mal inconmensurable. Aunque el poder de este héroe le permitía recuperar su mano, eligió remplazarla con un puño cerrado hecho de pura plata. De esta forma, impresionó a sus seguidores, convenciéndoles de que la verdad y la justicia solo podían ir acompañadas de un sacrificio personal. Ese héroe cuya memoria perduró durante mucho tiempo, recibió el nombre de Tyr.[4] Aparentemente de uno de estos relatos nació la esperanza y la filsofía de la Luz en un periodo de oscuridad.

Primera Guerra

Durante la Primera Guerra, los sacerdotes de la Iglesia, llamados entonces como clérigos, se encontraban en Ventormenta y lucharon ante los ejércitos de la Horda orca. A través de sus habilidades otorgadas por la Luz, sanaron a los heridos y protegieron a los ciudadanos de Ventormenta. Un habitante de la ciudad los describió de la siguiente manera:

Estos son los hombres sagrados de nuestro reino. Su liderazgo espiritual mantiene a la gente y a las tropas de Azeroth centradas en su misión de la paz eterna. Su habilidad para canalizar el espíritu de humanidad a través de sus cuerpos los hace realmente maravillosos y las historias sobre su habilidad para sanar al enfermo y al herido, así como para capaz de afectar las percepciones de los demás, son milagrosas. Las transgresiones contra la humanidad cometidas por los orcos los han obligado a idear maneras para defenderse a sí mismo, pero su verdadero camino sigue siendo la curación de las almas de los hombres.[2]

Desafortunadamente, sus números no fueron suficientes como para cambiar el resultado de la guerra y Ventormenta cayó ante la Horda.[5]

Segunda Guerra y los Caballeros de la Mano de Plata

Tras el discurso de Anduin Lothar a los líderes de la Alianza de Lordaeron, el arzobispo Alonsus Faol organizó una reunión con Lothar y el mago Khadgar. Durante este encuentro, Faol les presentó a un grupo de seguidores de la iglesia que se convirtieron en los primeros paladines de uno nueva orden: los Caballeros de la Mano de Plata.

Estos guerreros sagrados fueron: Uther el Iluminado, Saidan Dathrohan, Tirion Vadín, Gavinrad y Turalyon, a quien Lothar eligió como su segundo al mando.

Cuando los ejércitos de la Alianza se vieron obligados a dividirse, Turalyon lideró a un inmenso ejército de la Alianza en algunas de las más críticas batallas como las libradas en la frontera de Quel'thalas y durante el asedio a la Ciudad Capital.

Los paladines fueron claves en la derrota de la Horda y fueron los mejores defensores de la Alianza con poder equiparable al de los caballeros de la muerte de la Horda. Cuando Lothar fue derrotado por Orgrim Martillo Maldito, Turalyon tomó su espada rota y venció al líder orco, acabando con la Segunda Guerra.[6][7]

Después del conflicto, la Alianza emprendió la reconstrucción de Ventormenta y el arzobispo Alonsus Faol jugó un papel decisivo en la reforma de la Hermandad de Villanorte.

Tercera Guerra

La Alianza se escinde

Sin ser conscientes de los cultos a la muerte que se estaban formando en sus tierras, los líderes de las naciones de la Alianza comenzaron a reñir y discutir por posesiones territoriales y la pérdida de influencia política. El rey Terenas de Lordaeron comenzó a sospechar que el frágil pacto que había creado durante su hora más oscura no duraría mucho más. Terenas había convencido a los líderes de la Alianza para que dieran más dinero y trabajadores para ayudar a reconstruir el reino sur de Ventormenta, que había sido destruido durante la ocupación orca de Azeroth. El aumento en los impuestos que tuvo como resultado esto, junto a los altos costes de mantener y hacer funcionar los campos de internamiento, llevó a muchos líderes, en particular a Genn Cringris de Gilneas, a creer que sus reinos estarían mejor separándose de la Alianza.

Para empeorar las cosas, los elfos nobles de Lunargenta retiraron bruscamente su lealtad a la Alianza, afirmando que el pésimo liderazgo de los humanos había producido la quema de sus bosques durante la Segunda Guerra. Terenas luchó contra su impaciencia y les recordó con calma a los elfos que no habría quedado nada de Quel'Thalas si no hubiera sido por los miles de valientes humanos que habían dado su vida por defenderla. A pesar de eso, los tercos elfos decidieron seguir su propio camino. Y con el abandono de los elfos, Gilneas y Stromgarde también se marcharon.

Aunque la Alianza se estaba partiendo en pedazos, el rey Terenas todavía tenía aliados con los que podía contar. Tanto el Almirante Valiente de Kul Tiras como el joven rey Varian Wrynn de Ventormenta siguieron fieles a la Alianza. Además los magos del Kirin Tor, liderados por el archimago Antonidas, ofrecían un apoyo total al gobierno de Terenas. Pero quizá lo más tranquilizador de todo fue el juramento del poderoso rey enano Magni Barbabronce, que juró que los enanos de Forjaz siempre tendrían una deuda de honor con la Alianza por liberar a Khaz Modan del control de la Horda.

La Plaga de Lordaeron

Tras largos meses de preparación, Kel'Thuzad y su Culto de los Malditos finalmente dieron el primer golpe, lanzando la peste de los no-muertos sobre Lordaeron. Uther y sus compañeros paladines investigaron las regiones infectadas con la esperanza de encontrar un medio de detener la peste. A pesar de sus esfuerzos, la peste continuó extendiéndose, amenazando con destrozar la Alianza.

Cuando las filas de no-muertos marcharon sobre Lordaeron, el único hijo de Terenas, el príncipe Arthas, asumió la dirección de la lucha contra la Plaga.

A pesar de que los elfos nobles oficialmente han abandonado la Alianza, algunos elfos siguen siendo fieles a su antiguo compromiso con los aliados humanos y enanos. Los altruistas sacerdotes de Quel'Thalas se negaron a abandonar su papel de curadores y aceptaron permanecer en Lordaeron a pesar de los edictos emitidos por sus eremíticos señores de Lunargenta. Los altos elfos sacerdotes utilizan sus poderes provenientes de la Luz para curar a los heridos y reforzar los espíritus de la élite combatiente de Lordaeron.[8] Estos sacerdotes elfos se unieron al príncipe Arthas a investigar la peste con la meta de sanar la tierra de su extraña maldición.[9]

Arthas logró acabar con Kel'Thuzad, pero, incluso así, los ejércitos de no-muertos aumentaron con cada uno de los soldados que caían defendiendo la tierra. Frustrado y descorazonado por enfrentarse a un enemigo aparentemente imposible de detener, Arthas tomó una serie de medidas extremas para conquistarlos. Finalmente, los compañeros de Arthas le advirtieron que estaba perdiendo su propia humanidad.

El miedo y la resolución de Arthas resultaron ser su perdición. Siguió el rastro del origen de la peste hasta Rasganorte, intentado acabar con esta amenaza para siempre. En su lugar, el príncipe Arthas sucumbió ante el tremendo poder del Rey Exánime. Creyendo que esto salvaría a su gente, tomó la hojarruna maldita, Agonía de Escarcha. Aunque la espada le concedió un poder inefable, también robó su alma y lo transformó en el más grande de los caballeros de la Muerte del Rey Exánime. Con su alma apartada de sí y perdida su cordura, Arthas dirigió a la Plaga contra su propio reino. Finalmente, Arthas mató a su propio padre, el rey Terenas, y aplastó Lordaeron bajo la bota de hierro del Rey Exánime.

El Culto de los Malditos continuó reclutando de entre las gentes desesperadas, añadiendo caballeros de la muerte, nigromantes y acólitos a las filas de la Plaga. Tras varios años de constante guerra y sufrimiento, algunos miembros del clero olvidaron el significado de la Luz sagrada, existiendo únicamente para difundir su frustración y negatividad entre hombres y mujeres.

Varios intentos para eliminar a la Plaga fueron en vano. Varios Caballeros de la Mano de Plata murieron combatiendo a la Plaga, incluyendo su famoso líder Uther el Iluminado. Luego de la caída de Lordaeron, un grupo de valientes formó una cruzada con los remanentes caballeros de la Mano de Plata de Lordaeron e intentaron recuperar su reino devastado tanto de la Plaga como de los rebeldes no-muertos conocidos como los Renegados. En las Tierras de la Peste del Este, asumieron el control de pueblos como la Mano de Tyr y los distritos occidentales de Stratholme, donde se enfrentaron a los ejércitos del Barón Osahendido para recuperar la ciudad. Tras la muerte del alto señor Alexandros Mograine, la cruzada entró un un periodo de división, en el cual se formaron facciones como las Hermandad de la Luz y el Alba Argenta, que se estableció en la Capilla de la Esperanza de la Luz. Aquellos que permanecieron en la cruzada original se renombraron a sí mismos como la Cruzada Escarlata.

World of Warcraft

WoW Icon 16x16 Esta sección aborda contenido exclusivo de World of Warcraft.

En su juventud, el amable Benedictus fue un aprendiz del líder religioso de Lordaeron, el Arzobispo Alonsus Faol. Benedictus pasó muchos años aprendiendo de su pío maestro y ayudó a la Iglesia de la Luz a construir su más impresionante monumento, la Catedral de Ventormenta. Después de la muerte de Faol, Benedictus se hizo cargo de la iglesia y juró continuar el buen trabajo que su mentor había comenzado tantos años antes.[10]

Daphne y Jordan Fontana ayudaron a la iglesia enormemente.[11]

La Catedral de la Luz sirve ahora como centro espiritual y sede central de la Iglesia de la Luz tanto para Ventormenta, como para la humanidad y la nueva Alianza. Bajo el liderazgo de la iglesia, los Caballeros de la Mano de Plata y el clero fueron reformados, extendiendo la influencia de su religión e integrando a las nuevas razas a sus diversas organizaciones. Las enseñanzas de la Luz fueron aceptadas por los gnomos y los enanos, quienes adoptaron sus creencias.

Invasión de la Plaga

Los miembros de la Iglesia al mando de la Obispo Lazaril llegaron a la Ciudad de Shattrath para crear artefactos imbuidos de Luz para luchar contra la Plaga cuando esta invadió las ciudades capitales.

Alma de Dragón

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Según el Obispo Lontananza, el Arzobispo Benedictus había dejado Ventormenta en una importante misión en la que se le había convocado para ayudar a los Dragones Aspectos con sus esfuerzos en el Templo del Reposo del Dragón y poder limpiar Azeroth de la amenaza de Alamuerte, sin embargo, la verdad es mucho más perversa.

Durante años, el sabio liderazgo de Benedictus ha resultado crucial a la hora de guiar a la humanidad en tiempos difíciles. Pero, tras su aparente benevolencia, se oculta una realidad sorprendente: Benedictus ha jurado erradicar por completo la vida en Azeroth con la ayuda de su maestro oscuro... Alamuerte. Benedictus dejó Ventormenta para trasladarse a la Cámara de los Aspectos en el Templo del Reposo del Dragón, durante el comienzo de la mazmorra de la Hora del Crepúsculo.

Fue allí donde tiene lugar la lucha final contra Thrall, donde Benedictus intenta asesinarlo pero es derrotado por los héroes mortales de Azeroth. Cuando los aventureros regresan a Ventormenta tras su muerte y le cuentan a Lontananza que Benedictus era el Profeta Crepuscular y que había traicionado a la gente de Ventormenta, el obispo no les cree y piensa que se trata de un rumor diciéndoles que es uno más de tantos como el que oyó: uno bastante molesto sobre Lord Bolvar Fordragón. Además les pide que extiendan sus mentiras por donde quieran.

La purga de Dalaran

MoP Esta sección aborda contenido exclusivo de Mists of Pandaria.

Aún desconociendo el destino de Benedictus, la iglesia aún apoya a la Alianza con orgullo. Algunos de sus clérigos fueron vistos durante la purga de Dalaran.

Relaciones

Según Chris Metzen, la Iglesia de la Luz Sagrada apoya a la Cruzada Argenta y odia a la Cruzada Escarlata.[12]

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