Hace mucho tiempo, los fosos de los sacrificios de Azjol-Nerub se utilizaban para sacrificar a las fuerzas enemigas tras la victoria en batalla. Ahora en estos fosos se puede sacrificar a las fuerzas de los muertos vivientes para crear sombras, unos espectros invisibles capaces de espiar al enemigo y que sólo pueden detectarse con ayuda de la magia.[1] Los acólitos que desean servir a Ner'zhul al convertirse en sus ojos y oídos son capaces de despojarse de sus cuerpos y tomar la forma de las invisibles sombras.[2]