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Los basiliscos son una especie de reptiles pesados con seis patas y piel dura y escamosa tachonada de cristales brillantes. Sus ojos brillan con un resplandor pálido y misterioso. Construyen sus nidadas cerca de los lechos de cristal o incluso sobre ellos, de los cuales nacen con trozos de cristal que crecen de sus pieles. La naturaleza mística de los cristales otorga a los basiliscos gran poder ante cualquiera que invada sus guaridas. Aunque se muestran calmos cuando se los deja en paz, los basiliscos defenderán sus nidadas con enorme ferocidad. Además de sus mordeduras y zarpazos, los basiliscos concentrarán el poder de sus cristales en su piel para sumir a los intrusos en un sueño profundo, volviéndolos presas fáciles o incluso convirtiéndolos en piedra. Si esto falla, harán uso de su mirada petrificante.<ref name="ReferenceA">''[[Manual of Monsters]]'', 17</ref> |
Los basiliscos son una especie de reptiles pesados con seis patas y piel dura y escamosa tachonada de cristales brillantes. Sus ojos brillan con un resplandor pálido y misterioso. Construyen sus nidadas cerca de los lechos de cristal o incluso sobre ellos, de los cuales nacen con trozos de cristal que crecen de sus pieles. La naturaleza mística de los cristales otorga a los basiliscos gran poder ante cualquiera que invada sus guaridas. Aunque se muestran calmos cuando se los deja en paz, los basiliscos defenderán sus nidadas con enorme ferocidad. Además de sus mordeduras y zarpazos, los basiliscos concentrarán el poder de sus cristales en su piel para sumir a los intrusos en un sueño profundo, volviéndolos presas fáciles o incluso convirtiéndolos en piedra. Si esto falla, harán uso de su mirada petrificante.<ref name="ReferenceA">''[[Manual of Monsters]]'', 17</ref> |
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| + | Poseen algo más que simple inteligencia animal y si bien son fieros luchadores, los basiliscos no exhiben tendencias crueles o violentas. Defienden sus territorios y cazan a otras criaturas, incluso a seres de inteligencia superior para alimentarse. La coloración de sus cuerpo varía de tonos oscuros de marrón y castaño a verde musgo y azul océano. Los machos tienden a ser más grandes y brillantes que las hembras. Los basiliscos más jóvenes son casi del tamaño de un [[jabalí]] adulto. Los que han alcanzado la madurez pura crecen hasta más de 3 metros de largo y pueden pesar hasta más de una tonelada. Una vez se aparean, la pareja de basiliscos permanece junta por varios meses. La hembra entierra sus huevos bajo la tierra caliente y materia vegetal descompuesta, para vigilar los huevos mientras el macho sale a cazar y les lleva comida. Cuando el huevo eclosiona, el macho parte. Cuando hay que luchar, el basilisco usualmente se mantiene a distancia, prevenido para adormecer a sus enemigos. Una vez su presa entra en su radio, el reptil cambia a mirada petrificante. Cuando el enemigo alcanza una distancia muy próxima, el basilisco carga. Estas criaturas son voraces luchadores pero no suicidas y se retiran cuando todo está en contra de ellos.<ref>''[[Monster Guide]]'', 11-12</ref> |
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| + | == Basiliscos de Azeroth == |
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Revisión del 01:11 28 Ago 2016
Los basiliscos son criaturas escamosas como reptiles presentes en el Universo Warcraft. Están clasificados como bestias y desde la expansión Mists of Pandaria pueden ser domesticados por los cazadores.
Descripción
En el RPG.
Los basiliscos son una especie de reptiles pesados con seis patas y piel dura y escamosa tachonada de cristales brillantes. Sus ojos brillan con un resplandor pálido y misterioso. Construyen sus nidadas cerca de los lechos de cristal o incluso sobre ellos, de los cuales nacen con trozos de cristal que crecen de sus pieles. La naturaleza mística de los cristales otorga a los basiliscos gran poder ante cualquiera que invada sus guaridas. Aunque se muestran calmos cuando se los deja en paz, los basiliscos defenderán sus nidadas con enorme ferocidad. Además de sus mordeduras y zarpazos, los basiliscos concentrarán el poder de sus cristales en su piel para sumir a los intrusos en un sueño profundo, volviéndolos presas fáciles o incluso convirtiéndolos en piedra. Si esto falla, harán uso de su mirada petrificante.[1]
Poseen algo más que simple inteligencia animal y si bien son fieros luchadores, los basiliscos no exhiben tendencias crueles o violentas. Defienden sus territorios y cazan a otras criaturas, incluso a seres de inteligencia superior para alimentarse. La coloración de sus cuerpo varía de tonos oscuros de marrón y castaño a verde musgo y azul océano. Los machos tienden a ser más grandes y brillantes que las hembras. Los basiliscos más jóvenes son casi del tamaño de un jabalí adulto. Los que han alcanzado la madurez pura crecen hasta más de 3 metros de largo y pueden pesar hasta más de una tonelada. Una vez se aparean, la pareja de basiliscos permanece junta por varios meses. La hembra entierra sus huevos bajo la tierra caliente y materia vegetal descompuesta, para vigilar los huevos mientras el macho sale a cazar y les lleva comida. Cuando el huevo eclosiona, el macho parte. Cuando hay que luchar, el basilisco usualmente se mantiene a distancia, prevenido para adormecer a sus enemigos. Una vez su presa entra en su radio, el reptil cambia a mirada petrificante. Cuando el enemigo alcanza una distancia muy próxima, el basilisco carga. Estas criaturas son voraces luchadores pero no suicidas y se retiran cuando todo está en contra de ellos.[2]